lunes, 29 de noviembre de 2021

Integración sensorial en el autismo

¡Hola lejanos! ¿Cómo estáis?

Ando muy desaparecida (como siempre últimamente) por desgano, apatía, los estudios y problemas varios... Pero estoy confinada, los profesores no me dan acceso online así que... Qué mejor que escribiros 😍

El mes pasado asistí a un curso sobre integración sensorial impartido por la terapeuta ocupacional Sara Peñas, y solo tengo una palabra, INCREIBLE. Una de esas profesionales que la escuchas hablar y la ves trabajar y transmite que hace lo que hace por VOCACIÓN, algo que escasea mucho últimamente en muuuuchos campos. 


Bueno, que me enrollo como las persianas.

Asistí al curso primero como madre, y segundo como futura profesional de la atención temprana y la verdad es que hasta ahora nunca me había alegrado tanto de hacer un curso 😍. He aprendido muchísimo, y me ha ayudado a entender mejor a mi hija.

Desde hace un tiempo parecía que nada funcionaba para calmarla, cuando tenía una crisis se me hacía dificilísimo bajarla de ahí y no entendía qué estaba pasando.

Siempre ha tenido algunas conductas que me resultaban peculiares pero las achacaba al autismo, como una característica más de ella y ya está, pero después del curso he entendido que esas conductas son MUCHO más.

Entre el 69% y el 95% de personas TEA tienen problemas del procesamiento sensorial, principalmente de modulación. La modulación es la capacidad que tenemos de inhibir o regular un estímulo. Por ejemplo, cuando nos vestimos, al poco tiempo dejamos de ser conscientes del tacto de la ropa, pero si volvemos a pensar en una prenda, podemos localizar la sensación de llevarla puesta o no. O si estamos en un entorno muy ruidoso, podemos centrarnos en la voz de la persona que nos habla y "bajar el volumen" del ruido ambiental.
Generalmente, cuando hablamos de autismo tendemos a pensar en hipersensibilidades, niños que se tapan los ojos, los oídos o que no soportan ciertas texturas o alimentos, pero en muchos casos esos problemas de integración sensorial se expresan de otra manera, y muchas son conductas "clásicas" del autismo, como los balanceos, el aleteo, las ecolalias, las carreras sin objetivo y el andar de puntillas.
Esto no es una "teoría", está basado en estudios del sistema nervioso humano y la transformación de la información sensorial, pero a las familias no nos hacen llegar esta información, no nos explican qué pasa, por qué tienen esas conductas. Se normalizan (en algunos casos se patologizan injustamente y se intentan eliminar) y ya está... O te dicen "lo hace para regularse", pero no te explican el por qué necesita regularse. Y muchas veces se debe a que los propios profesionales tampoco tienen formación en este campo.

Os voy a hablar en primera persona de conductas que he observado en mi hija a lo largo de estos dos últimos años, y luego os contaré qué ocurre con esas conductas.
  • Ecolalias con oscilaciones en tono y volumen.
  • Dar vueltas sobre si misma, a veces con mirada lateralizada (mirando de reojo)
  • Carreras sin objetivo 
  • Andar/correr de puntillas
  • Apartar de forma brusca a mujeres cuando le hablan
  • Dejar caer objetos durante horas
  • Quedarse absorta viendo los títulos de crédito de las películas
  • Apretar las manos
  • Preferencia por sabores fuertes
  • Hiposensibilidad al dolor
  • Pánico a bajar las escaleras
Más allá de los 5 sentidos que nos enseñan cuando somos pequeños, en realidad los seres humanos tenemos 8 sentidos. A grandes rasgos os resumo los 3 menos conocidos:
  • Vestibular: se encuentra en el oído interno, está relacionado con el equilibrio e informa a nuestro sistema nervioso de cambios de velocidad y cambios angulares de nuestra posición corporal. Ayuda a orientar nuestra vista, nuestra postura, influye sobre el nivel de alerta y tiene una estrecha relación con nuestras emociones.
  • Propioceptivo: se encuentra en nuestros músculos, tendones y articulaciones e informa de la posición y movimiento de las partes de nuestro cuerpo (esquema corporal). Ayuda a regular la fuerza que ejercemos en una actividad, ayuda al sistema vestibular a corregir la posición corporal para evitar caernos, influye en las funciones de motricidad fina y en los movimientos de nuestra boca, y de nuevo, junto al vestibular, ayuda a regular el estado de calma y alerta.
  • Interoceptivo: se encarga de las sensaciones que vienen de nuestros órganos internos (dolor, temperatura, movimientos, cambios químicos...) y ayudan a mantener un equilibrio en nuestro organismo. 
El sentido propioceptivo junto con el interoceptivo, además, forman el sistema somatosensorial, susceptible al tacto ligero (cosquillas, por ejemplo), tacto grosero (empujar, apretar...), dolor, contracciones, estiramientos, vibraciones y cambios de temperatura externos.

Bien, imaginad que la estimulación sensorial que recibimos del entorno es el alimento del cerebro, como una buena pizza. Pues exactamente como cuando comemos, unos nos saciamos antes y otros necesitamos "sentir" más para sentirnos satisfechos. Esto no es algo aislado del autismo, no, todos, absolutamente TODOS, tenemos algún desequilibro en la integración sensorial. Luego vuelvo a esto.  Fijaos en el siguiente esquema. Vamos a analizar las conductas que os he enumerado arriba en base a él:
  • Ecolalias con oscilaciones en tono y volumen: Cuando el cerebro no recibe suficiente estímulo auditivo para alcanzar el nivel de equilibro, se crean técnicas de compensación como las ecolalias. Este, según el esquema, sería el perfil de un buscador. Es una forma de autorregulación activa, en un niño con un umbral alto sensorial (necesita mayor cantidad de estímulo). En el caso de una hipersensibilidad, serían personas con un umbral bajo, y según como "huya" del ruido, sería sensitivo o evitativo, podría taparse los oídos, o intentar eliminar la fuente de ruido.

  • Dar vueltas sobre si misma, a veces con mirada lateralizada (mirando de reojo): Aquí podéis imaginar que hay una falta de información del sistema vestibular y visual. Volviendo al perfil buscador.

  • Carreras sin objetivo: En este caso, hay una necesidad de información tanto vestibular como propioceptiva, ya que al moverse también está recibiendo información de partes de su cuerpo que en reposo puede que no envíen suficiente información para satisfacer a sus neuronas. Perfil buscador.
     
  • Andar/correr de puntillas: Lo mismo que en el caso anterior, aquí busca información propioceptiva. Probad a poneros de puntillas y notad lo diferente que es la sensación en vuestros pies y piernas respecto a la posición normal. La tensión de los músculos, los tendones, la presión en la punta de los pies de soportar el peso de todo el cuerpo... Perfil buscador.

  • Apartar de forma brusca a mujeres cuando le hablan: Aquí como veis hay un cambio de actitud. Ya no busca, evita. A veces las personas con problemas de integración sensorial auditiva pueden presentar aversión a ciertas frecuencias de sonido. En el caso de ella es a los sonidos agudos, los graves le son indiferentes, y la música clásica que tiene un equilibro increíble de armónicos le fascina. En el caso de los agudos tenemos un perfil evitativo.

  • Dejar caer objetos durante horas: Esta vez volvemos a una estimulación similar a la de dar vueltas sobre si misma (aunque os cueste creerlo). Hay una estimulación vestibular (movimientos de arriba-abajo de la cabeza) y visual. Perfil buscador.

  • Quedarse absorta viendo los títulos de crédito de las películas: Aquí podríamos estar ante un estimulo tanto visual como auditivo. Los títulos de crédito suelen ser muy homogéneos, normalmente con fondo negro y letras blancas (alto contraste), y se acompañan de bandas sonoras agradables. Este sería un perfil expectador, porque no es ella quien realiza la actividad que la regula.

  • Apretar las manos: En este caso busca estimulación propioceptiva. Pueden apretarse partes de su cuerpo o las de otras personas buscando de nuevo sentir cambios de postura y de presión. Perfil buscador.

  • Preferencia por sabores fuertes: Este claramente es un ejemplo de búsqueda de información gustativa. Perfil buscador.

  • Hiposensibilidad al dolor: Aquí no hay ningún perfil en el caso de ella, simplemente, para que un golpe le duela debe ser bastante fuerte. Pero hay casos de personas que se autolesionan buscando sentir dolor al morderse o arañarse, lo que volvería a dejarnos con un perfil buscador.

  • Aversión a bajar las escaleras sola: Este punto es curioso. En ocasiones, algunas personas pueden tener miedo a cambios en su posición que no dependen de ellos. Los desniveles o tener niños corriendo a su alrededor (pueden chocar y hacerles caerse) les angustia mucho, y tienden a evitar bajar escaleras, juegos de equipo donde haya mucho movimiento, o que la gente se les acerque demasiado. En momentos como bajar las escaleras o subirlas, buscan una figura de confianza o un apoyo (como una barandilla). Perfil evitativo.

Como veis, mi propia hija tiene un perfil complejo, en el que, según para qué estímulo, tiene umbrales altos o bajos, y regulaciones activas o pasivas.

Hay que entender que son conductas "necesarias", porque nos están dando información muy útil de lo que la persona necesita para estar en equilibro. Un cerebro en equilibro tienen menos estrés, le es más fácil concentrarse y centrar la atención... En definitiva, hace que la persona tenga menos "conductas disruptivas". Es cierto que algunas pueden ser problemáticas a nivel académico, como levantarse continuamente o las ecolalias, o a nivel físico, como las autolesiones, por eso, hay que verlas, no como algo que hay que eliminar, porque así solo le generamos a la persona frustración y malestar, si no como algo que redirigir.

Si observas que tu hijo/a necesita mucha estimulación vestibular, ponle un columpio (a veces es más rentable que pasarse las tardes en el parque, sobre todo cuando aprieta el calor o ya hace mucho frío y llueve), una pequeña cama elástica o una de esas pelotas saltarinas.
En los casos en los que necesitan estimulación propioceptiva, los masajes propioceptivos suelen funcionar muy bien, también, en algunos casos se pueden usar chalecos de lastre, o mantas para que duerman mejor, jugar sobre las pelotas de pilates apoyados sobre su barriga, juegos de estrujarse...
Hay muchísimas opciones, y si crees que tu hijo o tú necesitáis ayuda, buscad un terapeuta ocupacional con formación en integración sensorial 👍

Como decía antes, todos tenemos algún desequilibrio en nuestra integración sensorial. Manías como morderse las uñas o los labios, problemas de lateralidad, apretar mucho el lápiz al escribir... Está todo relacionado con eso. Así que... Ah! Si tienes un niño muy inquieto, por ejemplo, y lo llevas al psicólogo pensando que puede ser un caso de TDAH, que lo evalúe también un terapeuta ocupacional y le haga un perfil sensorial. Hay muchos casos de TDAH, incluso medicados, que finalmente no han sido tal cosa. 
También hay estudios recientes que relacionan otras dificultades del aprendizaje, como la dislexia con problemas de integración sensorial. Los problemas de alimentación, para el control de esfínteres... 

También hay casos en los que el fallo está en la integración de la información, que no es otra cosa que la traducción que hace nuestro cerebro de los estímulos que nos llegan. 
Es común encontrar perfiles así, por ejemplo, en niños que nacieron prematuros. Su sistema sensorial se expuso desde primera hora a estímulos aversivos, muy diferentes a lo esperable. Agujas, sondas, esparadrapos, luces fluorescentes, el olor del desinfectante... Nada que ver con el piel con piel al que todos tendríamos derecho. Pero a veces por la supervivencia del niño es necesario. Por eso, pueden interpretar estímulos táctiles que deberían ser agradables como dolorosos, o tener problemas para comer ciertas texturas. Si ves que tu pequeño tiene problemas de integración sensorial, acude también a un profesional formado.

Quisiera añadir también, que el perfil sensorial puede variar a lo largo del desarrollo de la persona y de su situación, por lo que hay que aprender también a observar para poder cubrir las necesidades que vayan surgiendo.


El campo de la terapia ocupacional está muy infravalorado, y merece un lugar importante y reconocimiento, sobre todo, trabajando codo con codo con equipos multidisciplinares de logopedia, psicología y fisioterapia. Y todos los profesionales, tanto de atención temprana como de intervención en daño neurológico deberíamos de conocer bien su función, y de reconocer los signos que deben animarnos a derivar a nuestros pacientes a ellos. Porque juntos es como marcamos la diferencia 😉


NOTA: Este post es una experiencia personal en la que cuento mi aprendizaje. La teoría es mucho más extensa y más profunda y he intentado plasmar lo aprendido de modo que pueda entenderlo cualquier persona que llegue hasta aquí, tal y como a mi me habría gustado que me lo contaran cuando me llegó el diagnostico. Nada de lo escrito aquí sustituye al diagnóstico de un profesional.

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