lunes, 17 de septiembre de 2018

Los movimientos antivacunas

Hola a tod@s.
Hoy no iba publicar ningún post. La verdad es que estoy 50% con la peque y 50% con el libro porque me gustaría publicarlo a principios de otoño. Pero he leído una noticia que me ha removido por dentro y tenía que escribir.

Los movimientos antivacunas y su efecto sobre la comunidad.

La noticia hablaba sobre un niño italiano que, tras superar una leucemia, sus médicos le aconsejaban cambiar de colegio porque en su colegio había numerosos niños no vacunados, lo que podría poner en peligro su vida al tener el sistema inmune anulado tras el tratamiento de su enfermedad. ¿Por qué darle otro revés a la vida de este pequeño que tiene a todos sus amigos allí?¿No ha tenido suficiente?Y todo porque ahora esta "de moda" no vacunar. Porque las vacunas son inventos puramente comerciales que las farmacéuticas usan para enriquecerse, a costa del precio de estas y de las enfermedades que éstas mismas producen. ¡POR FAVOR! Que en pleno siglo XXI haya que oír estas tonterias.
En su momento ya hablé muy resumidamente sobre el calendario de vacunaciones, así como de la vacuna contra el rotavirus y la meningitis B, podéis ver el post aquí.
Pero más allá del calendario y de las enfermedades de las que protegen las vacunas, hoy quiero hablar sobre el dichoso movimiento antivacunas.

Las vacunas son un avance, no una estafa.

Las vacunas son elaboradas a partir de formas debilitadas o muertas del microorganismo causante de una enfermedad, sus toxinas o alguna de sus proteínas de superficie. Esta "presentación" al organismo vacunado lo prepara para reconocer a la enfermedad en caso de entrar en contacto con ella en el futuro.
No hace muchos años, enfermedades consideradas "comunes" podían acabar con la vida de una persona. Si tienes la suerte de contar aún con alguno de tus abuelos o bisabuelos, pregúntales como de común eran la polio, el sarampión, la viruela o la difteria.
Hoy en día, gracias a la medicina, contamos con las vacunas para preparar a nuestro cuerpo contra enfermedades infecciosas que en aquel entonces podían ser mortales o dejar graves secuelas. 

Las vacunas son un avance de la ciencia. Su efectividad ha sido ampliamente estudiada y confirmada y muchos investigadores se han pasado noches sin dormir para que hoy nosotros durmamos tranquilos por la salud de nuestros hijos. Una salud que los movimientos antivacunas están poniendo en peligro.

Pero desde el siglo XVIII, empezando por los argumentos religiosos que defendían que las enfermedades era "castigos divinos a los pecadores", hasta hace unos años, cuando a un señor (por llamarlo de alguna manera) lo compraron para que falseara los resultados de un estudio que relacionaba las vacunas con una "epidemia de autismo", han existido personas contrarias a las vacunas.

Consulta siempre fuentes fiables

Hoy en día, que todo el mundo tiene acceso a internet, es cuando tenemos más posibilidades de tomar una decisión errónea. Y es que internet es un arma de doble filo.
Circulan tantos datos veraces como bulos y, a la vista está que, no todo el mundo es capaz de distinguir una fuente de confianza de un charlatán. 
En cuanto nos meten 4 términos técnicos y 2 o 3 datos estadísticos confiamos en que la información que nos dan no tiene segundas intenciones. Y esto fue lo que pasó en 1998 con Andrew Wakefield, un médico al que el Colegio General Médico Británico quitó su permiso para ejercer porque sesgó los datos de un estudio que relacionaba las vacunas con el autismo, comprado por un bufete que quería denunciar a una farmacéutica que fabricaba y vendía vacunas. 
A pesar de que en su día se demostró que todo había sido una gran mentira, el daño ya estaba hecho. Han pasado 20 años, y desde entonces, han muerto muchos niños por no haber sido vacunados contra enfermedades que se consideraban erradicadas porque todavía está latente la duda que este hombre generó, y muchos otros difundieron. Y a pesar de todas estas muertes, aún hay gente que cree en esta teoría.

Las vacunas no producen autismo.

Según los estudios realizados en los últimos 50 años, la prevalencia mundial de los TEA parece estar aumentando, pero hay muchas explicaciones para este incremento, entre ellas una mayor concienciación, la ampliación de los criterios diagnósticos, mejores herramientas diagnósticas y mejor comunicación. Esto quiere decir en resumidas cuentas que el Trastorno de Espectro Autista ha existido siempre, con la única diferencia de que, cuando este trastorno no estaba reconocido, se clasificaba como otra enfermedad.
La OMS respecto a las vacunas y el autismo dice:
"Los datos epidemiológicos disponibles demuestran de forma concluyente que no hay pruebas de una relación causal entre los TEA y la vacuna contra el sarampión, la parotiditis y la rubéola. Los estudios de 1998 que señalaban una relación causal estaban plagados de errores metodológicos.
Tampoco hay prueba alguna de que otras vacunas infantiles puedan aumentar el riesgo de TEA. Las revisiones de los datos científicos sobre la posible asociación entre el riesgo de TEA y el tiomersal utilizado como conservante o el aluminio empleado como adyuvante en las vacunas inactivadas demuestran de forma concluyente que las vacunas no aumentan dicho riesgo.
"

Que una enfermedad sea erradicada no significa que el patógeno ya no exista.

Hay padres que se respaldan ante el hecho de que "esas enfermedades ya no existen" porque las condiciones de higiene y sobrepoblación han mejorado o que ahora hay más acceso a alimentos que antes y la gente enfermaba por desnutrición. NO. Estas enfermedades ya no salen en las noticias porque las vacunas han hecho bien su cometido, pero los microorganismos causantes siguen existiendo. Claro que, gracias a estos movimientos antivacunas, esas enfermedades vuelven a ocupar portadas, como el brote de sarampión que está extendiéndose por Europa este año. 

Os dejo unos datos* para que veáis como han influido la aparición de las vacunas y las campañas de vacunación sobre la incidencia de 3 enfermedades que todos conocemos.
  • Antes de que la vacuna del sarampión se introdujera en 1963 y se generalizara su uso, cada 2-3 años se registraban importantes epidemias de sarampión que llegaban a causar cerca de dos millones de muertes al año en el mundo.
  • La viruela ha matado a lo largo de la historia al 30% de las personas que lo han contraído. Los que han sobrevivido a menudo quedaban ciegos, estériles, y con profundas cicatrices, o marcas de viruela en la piel. En Europa, se estima que la viruela acabó con 60 millones de personas sólo en el siglo XVIII. Y en el siglo XX, con unos 300 millones de personas en todo el mundo.
  • Hace solo 20 años, la poliomielitis paralizaba CADA DÍA a 1000 niños. Desde que se creó en 1988 la Iniciativa de Erradicación Mundial de la Poliomielitis (IEMP) los casos de poliomielitis han disminuido en más del 99% a escala mundial. Solo en cuatro países no se ha llegado nunca a detener la transmisión de la poliomielitis (Afganistán, la India, Nigeria y Pakistán), y esta enfermedad no respeta fronteras: todos los niños que no estén inmunizados corren riesgo.

¿Qué pasa con los efectos secundarios?

Os cito lo que dice la OMS respecto a la seguridad de las vacunas:
"Las vacunas son seguras. Todas las vacunas aprobadas son sometidas a pruebas rigurosas a lo largo de las diferentes fases de los ensayos clínicos, y siguen siendo evaluadas regularmente una vez comercializadas. Los científicos también siguen constantemente la información procedente de diferentes fuentes en busca de indicios de que una vacuna pueda tener efectos adversos. La mayoría de las reacciones a las vacunas son leves y temporales, tales como el dolor en el lugar de inyección o la febrícula. Los raros efectos colaterales graves notificados son investigados  inmediatamente.
Es mucho más fácil padecer lesiones graves por una enfermedad prevenible mediante vacunación que por una vacuna
."

"Yo prefiero que se inmunice de forma natural". 

Otro mito común es que es mejor la inmunidad que se consigue con la "enfermedad original" que con la vacuna. Os vuelvo a citar lo que dice la OMS:
"Las vacunas interaccionan con el sistema inmunitario y producen una respuesta inmunitaria similar a la generada por las infecciones naturales, pero sin causar enfermedad ni poner a la persona inmunizada en riesgo de sufrir las posibles complicaciones de esta. En cambio, el precio a pagar por la inmunización a través de la infección natural puede consistir en disfunción cognitiva en la infección por Haemophilus influenzae de tipo b, defectos congénitos en la rubéola, cáncer hepático en la hepatitis B o muerte por complicaciones en el sarampión."
Resumiendo lo que os he contado hasta ahora. Son ganas de exponer a nuestros hijos a enfermedades que pueden costarles la vida u ocasionarles una discapacidad, sólo porque dais más credibilidad a cuatro foros de padres de la "new age" que a infinidad de pediatras e investigadores que solo miran por la salud de vuestros hijos.
Que habrá vendidos, por supuesto, mira Wakefield, pero ellos no ganan más por que tu hijo enferme o no. Esto se trata de que los padres antivacunas están jugando, no solo con la salud presente y futura de sus hijos, sino con la de los que si los vacunamos, con las de aquellas personas que tiene un sistema inmune comprometido (enfermos de cáncer en quimio, enfermemos de lúpus...). 

Si el post de una servidora no os termina de convencer, os invito a que visitéis el post de "Dos pediatras en casa" donde recopilan otros mitos sobre la vacunación. Y me gustaría compartiros esta imagen que compartió en Facebook Lucía Galán (Lucía, mi pediatra).



*Fuentes: 
National Geographic: Viruela
Organización Mundial de la Salud: Inmunización y seguridad de las vacunas

9 comentarios:

  1. Los que reniegan de las vacunas porque tienen mucha química, deberían rechazar los columpios, porque tienen mucha física.
    Coño, qué bueno, lo voy a tuitear ;)
    Un besazo!!

    ResponderEliminar
  2. Pues como madre de un peque con autismo puedo decir muy fuerte que las vacunas NO producen autismo! Y si tuviera otro hijo, lo vacunaría! Estas modas solo pueden traer disgustos para todos. Pfffff :(

    ResponderEliminar
  3. Ole, tú!! No se puede decir más claro!! Y es muy muy injusto que nuestros hijos, vacunados, estén expuestos a enfermedades peligrosas y anteriormente erradicadas por culpa de la irresponsabilidad y las cortas luces de algunos padres y madres, que por otro lado están cometiendo negligencias con los suyos...
    Mi padre tuvo polio y le quedaron secuelas de por vida...

    ResponderEliminar
  4. Genial post! Totalmente de acuerdo. Las vacunas son seguras y salvan vidas! El brote de Sarampion que se extiende actualmente por Europa es un ejemplo de lo que pasa cuando no se vacuna! Un abrazo!

    ResponderEliminar
  5. Muy buen post y sin nada que añadir. Realmente el hecho de que no vacunen a los niños afecta al resto. Pediría a los antivacunas que se informen, se informen mucho porque las consecuencias de no vacunar pueden ser terribles. Ahora volvemos a tener brotes importantes de sarampión, mis hijos están vacunados, yo lo pasé junto a la pariodotitis y de regalo me dejo el nervio muerto de un oído, y eso dentro de todo, no es lo peor que podía haber pasado. Vamos que si no vacunamos vamos hacia atrás cuando las personas morían como moscas con las epidemias.

    ResponderEliminar
  6. La verdad estoy muy de acuerdo contigo, suscribo cada una de tus palabras. Las vacunas son muy importantes y hay que ponerlas. La gente definitivamente debería informarse más y no entrar en modismos. Un abrazo

    ResponderEliminar
  7. Muy buen post!!!
    la gente en vez de estar informada, creo que se " desinforma"...
    A más de uno habría que darles un guantazo a ver si sus neuronas se ponen en marcha...

    ResponderEliminar
  8. Este tema me pone de muy mala leche!! De verdad no lo puedo entender. Además las personas que no quieren vacunar a sus hijos también perjudican al resto de niños. No entiendo como se puede negar algo que es un avance. Alucinante!!

    ResponderEliminar
  9. Está demostrado que había enfermedades erradicadas que están volviendo por la falta de vacunaciones...no hay más ciego que el que no quiere ver.

    ResponderEliminar

Para salvaguardar tu privacidad, no se usarán los datos que facilites para ningún fin personal ni comercial. Las cookies que Google utiliza en esta web se utilizan para prestar sus servicios y analizar su tráfico.